miércoles, 17 de enero de 2018

HOMENAJE A DOLORES O´RIORDAN

Hoy el "bodhran" late con fuerza en cada pequeña taberna de Ballybricken, hoy las gaitas resuenan entre las paredes de la montaña sagrada Croagh Patrick y por los montes de Dartry con el magnánimo Ben Bulben, donde la leyenda cuenta esta enterrada la Reina guerrera Maeve de Connaught. 
Hoy la flauta travesera se desliza entrando en los oídos de cada campesino que encuentra a su paso mientras surca la ruta del Anillo de Derry; hoy el violín gime lastimero mientras el arpa, como la mano de nieve que acaricia su frente, lo consuela con sus notas flotando en la bruma que envuelve por la noche los lagos de Iveragh
Hoy, la isla esmeralda te canta y mece tus sueños, mientras alzas el vuelo de camino al hogar.

Cuentan que naciste en Ballybricken, Limerick, Irlanda, el mes de Septiembre del 71. Dicen las viejas voces que aquella pequeña irlandesa cantaba por todos los rincones de aquella granja que era el hogar de la familia, que tocabas el órgano y cantabas en la iglesia junto con tus padres y hermanos, que ayudabas a tus padres en las labores del campo.
Cuentan que te querías salir del estereotipo de niña, que vestías distinta a ellas, que te gustaban cosas distintas, que preferías cantar o pasar el tiempo con tus hermanos, que a los 10 años ya trabajabas con tu madre, o que en el colegio te llamaban The girl who writes songs (‘la chica que escribe canciones’).

Cuentan que mientras crecías, durante tu adolescencia, te encantaba la música sacra, que admiraste a "Duran Duran", a Sinead O´connor, a Patsy Cline, o a "The Smiths" y que un dia te unistes con algunos chicos de tu pueblo con el sueño de formar un grupo, sin tan siquiera sospechar, a cuantas personas llegarían las canciones de ese mismo grupo, las canciones de "The Cranberries".

En algún lugar, en este mismo momento, tal vez alguna madre o abuela irlandesa le cuenta a alguna pequeña que se arropa en sus faldas que te criaron como católica, que te definiste como Cristiana, que adorabas a Juan Pablo II, del que comentaste:

"Era precioso, muy santo. Estaba loca por él. Pienso que realmente se preocupaba por los pobres y que amaba reunirse con la gente. Lo vi cuando vino a Limerick, cuando yo era una niña; fue bastante alucinante llevar a mi madre para verlo".

Recuerdo que me encantaba verte cantar con tu cruz al cuello y otra tatuada en tu brazo derecho aportando, como tantos otros hicieron antes, tus gotas de luz en las letras de tus canciones, como en esa mítica "zombie", donde contabas y gritabas al viento el dolor del conflicto en tu Irlanda natal entre católicos y protestantes.

En las páginas de tu vida contaran que en medio de una época de confusas y dispares ideologías, donde casi más parece un delito tener ideales férreos que no tenerlos, te definiste como próvida, que nadie te pudo dar lecciones de como ser madre o mujer, muy al contrario; tú, símbolo de tantas y tantos jóvenes, lanzaste tu sentimiento al mundo defendiendo tus ideales, tu creencia, tu fe, sin miedo alguno, y defendiendo sobre todo a las mujeres con aquellas palabras en las que dijiste:

"No estoy en posición de juzgar a otras mujeres, ¿sabes?, pero quiero decir ¿por qué se embarazan? No es nada bueno para las mujeres pasar por todo el procedimiento del aborto y hacer que algo vivo dentro de sus cuerpos sea succionado. Esto denigra a las mujeres. Incluso, aunque algunas mujeres dicen “no me importa hacerlo”, cada vez que una mujer realiza un aborto, esto le aplasta su autoestima, haciéndola más, más y más pequeña".

Frase que denota tu sentimiento y cariño por la vida y la defensa de ella en todas sus variantes y que cualquier acto contra ella no es motivo de orgullo sino muy al contrario, toda una tragedia y duro tramite para quien la realiza.

Quizás en este mismo momento, en algún recodo, justo debajo de algún milenario puente de piedra, o tal vez escondidos en la densidad de los bosques de Dun a ri, las "xanas", los "leprechaums", que han parado de coser y remendar los zapatos de los "gnomos", los "trasgos", las "náyades", y todas las hadas de Irlanda se reúnen en tu honor para contarse entre ellos que te casaste, que tuviste tres preciosos hijos Taylor Baxter, Molly Leigh y Dakota Rain.


Esos mitológicos seres, sentados sobre piedras húmedas de rocío y veteadas de verde musgo, abren muy bien sus ojitos y agudizan sus oídos para escuchar como la reina de las "xanas", con el rumor de una pequeña cascada de fondo, les cuenta que recibiste un don de Dios en tu voz, y que esa voz acompañó y ayudó a muchos millones de personas en el mundo.

Podría también contarles a todos esos pequeños seres irlandeses sumidos en su mundo de verdor, oscuridad y frescor de la naturaleza, muchas anécdotas en las que, con tu voz, fuiste parte fundamental de ellas. Podría contar como con tu canción "Promises" escribí la primera carta para trabajar fuera de mi ciudad y comenzar así una de las etapas y experiencias mas preciosas que he tenido; aún recuerdo como sentado delante del ordenador oía   mientras decidía como encarar aquellas cartas laborales.

Podría contarles como con tu voz me acompañabas en el tren las tres horas que duraba el viaje para ver a una de las personas mas importantes de mi vida; podría contarles como la emoción del viaje y del reencuentro con ella, era acompasada por tu magia en los auriculares del mp3, oyendo y deleitándome con tu mística voz y aquellas canciones "Zombie", "Animal Instinct", "Just my imagination", "Dreams", "When your gone", "Salvation", y tantas y tantas otras

Podría contarles como desde pequeño me he sentido identificado y atraído por Irlanda, por su música, sus leyendas, sus costumbres, sus paisajes, su mística, y sus etéreos y brumosos tiempos.

Podría contarles, y así les cuento, que eras mi preciosa musa irlandesa; como tus delicados y afilados rasgos siempre me encantaron, contarles que eras mi particular "Princesa Isolda", perfecta muestra de la belleza atemporal y ancestral en mi humilde concepto de ella, y de como la sublime elegancia de tus ojos y el misterio lánguido y nostálgico de tu enigmática mirada, unidos a tu dulce voz, me trasladaban a mágicos y místicos sueños o a los verdes campos de la vieja Irlanda.

Podría contarles tantas y tantas anécdotas que ahora, después de que te has ido, rememoro y me doy cuenta de la importancia que tuviste en muchos momentos de mi vida, como seguro lo tuviste en la de millones de personas. Como con tus canciones y tu prodigiosa voz, hiciste una fantástica aportación a la banda sonora de la vida y de muchos momentos de un humilde servidor.

Es el momento en que muchos te adoraran, otros te criticaran, otros inventaran, otros se centraran en averiguar las causas de esto o de lo otro, pero me gustaría que este momento solo fuera de reconocimiento a tu vida, a tu trabajo, al don que Dios te dio, a los años en los que prácticamente crecimos juntos unidos por el mágico lazo de la música.
Tal vez sea también un momento para pedirte perdón por cada momento en que sabiendo que ahí seguías, no intentamos saber mas de ti, de tu música, de tus proyectos, de tu vida, de como te sentías... tal vez como todo buen fan debería hacer y que por dejadez o por pasotismo no hacemos.

Ahora ya vas camino a casa, ahora ya recorres el camino al hogar, ahora tu voz se une a la de tantas mujeres irlandesas que fueron tus antepasados, ahora el desgarro de tu mágico tono se une al ancestral desgarro que las madres irlandesas imprimían a sus nanas en las cunas de sus pequeños, en sus granjas, azotados por el viento del páramo, con el crujir de los goznes de las viejas puertas, con la humedad del mar en el ambiente, con la majestuosidad de los acantilados de "Connemara", con las verdes estepas, con los dorados campos de cebada, con las brillantes estrellas que se alzaban sobre las nubes e iluminaban las pequeñas camas de esos niños y niñas como también un día iluminaron la tuya; y meciendo tal vez una pequeña cuna de madera les cantaban mientras, los ojos de ese o esa pequeña, se fundían con los de sus madres y abuelas en un ancestral y mágico rito.

Ahora es el momento de contarles a esos pequeños seres que te recuerdan reunidos en su pequeño lago, protegidos de la perversión actual, amparados en su magia, en algún conclave de sus secretas reuniones, quizás dentro del mágico bosque de "Slieve Bloom", como tengo que darte las gracias y de dar las gracias a Dios por haber compartido la época en la que tu voz salio de tu corazón hacia el mundo y haber podido oírla y recibirla como una bendición.

Gracias por tanto Dolores. Hoy no es un día cualquiera para los que disfrutamos con tu música, hoy no es un día cualquiera para los que nos emocionamos contigo en tantos y tantos momentos, hoy llora Irlanda y el mundo entero, hoy el mar rompe con desgarrado estrépito en los acantilados en tu honor, hoy la brisa recorre las tierras altas trayéndonos el rumor de tu dulce y ancestral voz, hoy en la noche, el verde de tus irlandeses ojos sigue alumbrando nuestros recuerdos, y tus canciones navegan por el río Shannon de tu Limerick natal.

Que estas humildes líneas queden como unas mas entre tantos y tantos homenajes que te mereces, que sirvan para recordarte siempre y darte a conocer a quien aun no te conoció. Es un honor y un privilegio como persona haber compartido época y mundo contigo. Que Dios te bendiga y te guarde en su gloria.


   
                                            Descansa en paz Dolores Mary Eileen O´riordan Burton