viernes, 28 de enero de 2022

El hermano Cirilo

Aún le recuerdo aquella mañana cuando entró en clase abriendo con violencia la puerta de 1º de Administrativo, completamente alterado y a la vez lleno de entusiasmo. Venía de su despacho y había estado corrigiendo las redacciones que nos había mandado hacer. 
Su tez rojiza, sus ojos desorbitados y unas gafas que resbalaban peligrosamente por el caballete de su nariz, nos dibujaban la prototípica figura de un genio.

    –¿Quién ha escrito esto? –Vociferó mirándonos uno por uno mientras sostenía en su mano una hoja de papel.

Si alguien hubiese contemplado la escena, pensaría que algún insulto o alguna grave ofensa latía con sangre de tinta sobre aquella hoja cuadriculada. Pero no era nada de eso. Llevaba en la mano mi humilde redacción y según él, había descubierto a un escritor.

Los vetustos pasillos de mármol veteado siguen guardando hoy el recuerdo de los pasos dados por aquel pequeño y vivaracho hombre que siempre parecía ir con prisa, dedicando sonrisas y saludos a través de las puertas acristaladas de las aulas. 
Las clases se silenciaban cuando el timbre sonaba y “tocaba” Historia y Literatura. Entonces ya sabíamos que durante al menos una hora nos sumergiríamos de lleno en algún periplo de la existencia de este mundo y lo viviríamos de primera mano debido a la irrefrenable energía de un profesor con letras mayúsculas.

Recuerdo en los crudos inviernos, cuando aún se iba al instituto en turnos de mañana y tarde, aquellas frías sobremesas en las que el viento azotaba con fiereza los cristales de las ventanas y las gotas de lluvia caían parsimoniosas como si, por unos segundos, quisieran también formar parte de aquel aula. 
Dentro, las luces fluorescentes con su tímido titilar, los pupitres desgastados y llenos de garabatos, el olor a tiza y las sillas colocadas en semicírculo conformaban un pequeño hábitat donde reinaba el microclima de la historia para que, bajo su hipnótico influjo, pudiésemos investigar, disfrutar y compartir entre nosotros la historia de un mundo que nos hablaba.

Cuando él llegaba no podíamos por menos que sonreír viendo aquella pequeña figura de no mas de metro sesenta, con aire afable, pelo cano y sonrisa picara. 
Durante unos segundos siempre realizaba el mismo ritual. Primero colocaba cuidadosamente su cartera sobre la silla, luego sacaba las llaves de sus pantalones y las dejaba encima de la mesa. Con un rápido vistazo observaba la pizarra, por si tenía algo que borrar y luego permanecía unos segundos mirándonos a todos y cada uno de nosotros hasta que la clase prorrumpía en una sonora carcajada que para el, era el equivalente a la salida del gas de una olla a presión.
Entonces y solo entonces empezaba a hablar, sabiendo que en aquellas risas se habían descargado las tensiones de la asignatura anterior, así como las inherentes a la edad de la adolescencia. 

Todos le escuchábamos embelesados y sentíamos como en su voz cabalgaban las historias de aquellos antiguos caballeros de abolengo señorial, las hazañas y reflexiones de melancólicos reyes, las desgarradoras historias de princesas destronadas o el denso fango de las trincheras en los viejos campos de batallas donde todavía seguían creciendo las amapolas. Porque con el hermano Cirilo no estudiábamos historia. ¡Vivíamos la historia!.
Con él éramos un grupo de poetas, de historiadores, de profesores, de narradores de cuentos y de cualquier cosa que quisiéramos ser. Con él las posibilidades se convertían en infinitas y cuando nos hablaba de aquellas batallas y conquistas, lo hacía como quien hablaba de sus antepasados mas recientes.

El tiempo pasó y aquellos niños que fuimos nos convertimos en adultos. Unos adultos que a veces nos reunimos para jugar un partido de baloncesto, tal y como hacíamos en aquellos dorados años de nuestra infancia.
Siempre que acaba el partido, en algún momento de la conversación volvemos a hablar del Hermano Cirilo y lo hacemos con tal cariño que seguro que desde allá donde nos este viendo, desde aquellos otros mundos desconocidos donde tal vez siga desplegando su sabiduría y su buen hacer, se sentirá orgulloso de esos hombres que en esta tierra le siguen rindiendo honores como merece ese gran profesor que les ayudó, entre paredes impregnadas de emociones, no solo a ser mejores alumnos, sino también a ser mejores personas.

La lluvia

Su nombre era María y si su apellido hubiese sido Von Trapp, a nadie le hubiese sorprendido. Pero se apellidaba Gracia y fue profesora de Ciencias Naturales en la EGB de los años ochenta.
Bajo sus protectoras alas piaron aquellos polluelos a los que ella llamaba cariñosamente “los hijos del ultimo sol del ayer”, debido a los bruscos cambios tecnológicos y medioambientales que sucedieron en los años posteriores. 
Con ella sus alumnos aprendieron a caminar sobre tupidos musgos primaverales, entre caducifolios y constelaciones, forjando sus almas en el fuego de la rectitud y templándola en el suave aceite de su mirada.
Pero todo ello ocurrió hacía ya mucho tiempo. Tanto, que a veces ni tan siquiera podía recordarlo...

A María siempre le pareció aquella una casa fría. Pero jamás pensó que la sentiría tan gélida como ahora.
Permanecía sentada junto a la ventana contemplando como la lluvia caía sobre la ciudad. El hipnótico tamborileo de las gotas sobre el pretil la sumía en un estado de meditación, solo interrumpido por el sobresalto que le provocaba escuchar algún fuerte ruido en las afueras.
Hacia ya veinte años desde el día en que se jubiló y la reclusión pandémica, obligada por un virus despiadado, la mantenía exiliada en la isla de la soledad. Solo la visita de su querida Eva, la chica de ayuda a domicilio, le hacía esbozar una sonrisa cuando venía por las mañanas para asearla y hacerle la comida.

En la pared del salón colgaban los diplomas recibidos por su magnifica labor docente, mientras los recuerdos se agolpaban en su memoria cuando el párkinson que padecía le daba un pequeño respiro.
María recordaba las mañanas de invierno y el sonido de la lluvia cayendo sobre el patio acompañado por el repique de la campana que avisaba a los alumnos del comienzo de las clases. Le gustaba caminar por los pasillos, iluminada por sus ambarinas luces, mientras la embriagaba aquel aroma con olor a tiza, a goma de borrar y a lápiz recién afilado que salía de las aulas. 
Los años ochenta habían sido una buena década, «un tiempo maravilloso», solía decir, y las personas que ahora corrían como hormigas estresadas vistas a través del ventanal del salón, en su día fueron niños y niñas con pantalones de pana, jersey de cuello vuelto y carpetas forradas con las imágenes de los cantantes de moda. 

Sentada en su silla de ruedas le gustaba acariciar suavemente los dedos de su mano derecha, en los que podía sentir todavía la leve ondulación que el uso diario del bolígrafo había dejado en las yemas de sus dedos medio, índice y pulgar.
Todavía podía recordar aquellos exámenes finales, el silencio atronador en el aula, los nervios en los ojos de aquellos pequeños y la tos nerviosa de Joaquín, el de la ultima fila. 
Su estomago seguía encogiéndose cuando recordaba la angustia que le provocaba tener que dibujar un suspenso en la parte superior derecha de la hoja y la satisfacción que sentía cuando aprobaban y su corazón rebosaba de orgullo por el trabajo bien hecho. 
¡Y como disfrutaba las excursiones!. ¡Tanto, como si ella fuese una niña más!. 

Siempre recordará con una sonrisa aquellas mañanas de chándal y de mochila, cuando aparcaba su coche y se encaminaba hacia la plaza del Cabildo desde donde salían los autobuses y entonces escuchaba, en el albor matutino, aquel rumor creciente con tintes de algarabía que le alegraba el alma. Luego venían las canciones, las peticiones para que el chófer tocase la bocina, los bocadillos envueltos en papel de plata y las praderas verdes trufadas de flores de colores sobre las que navegaban, como galeones fantasmales, densas nubes cargadas de lágrimas etéreas.
A veces aquellos pequeños le echaban la pelota cuando jugaban al fútbol gritándole desde lejos: «¡Profe, chútanos una falta!». Ella negaba con el dedo y se la devolvía sonriendo con aquella sonrisa sincera capaz de acariciar el alma.

Sin duda su trabajo fue su vida y su vida, su vocación. «Fuiste una mujer afortunada», se decía a si misma. Y lo comprobaba cada vez que sus alumnos la llamaban semanalmente, aunque solo fuese para preguntarle como estaba.
Muchos de ellos ejercían ahora como abogados, otros eran médicos, algún que otro dentista y varios de ellos profesores. Y sentía que la satisfacción de haberles aportado un granito de arena para que construyesen su propio reloj, era el mejor pago que había podido recibir.

Ahora la vida llegaba a su fin. Así lo presentía. Y se emocionaba cada vez que a su corazón se le permitía traspasar las fronteras de la memoria y pasear, saludando a sus recuerdos, por el bulevar de su vida.
Con el pelo cano, la barbilla reposando sobre el pecho y aquella mirada nostálgica y brumosa, sostenía el cansancio de unos ojos perdidos en los océanos de su juventud mientras la ciudad se extendía ante ella como un manto gris trufado de sentimientos. 
Sumida en esos pensamientos y en completa soledad, María dejaba que las hirvientes lágrimas recorriesen su ajado rostro, rota por el dolor que le provocaba saber que sus propios hijos se acordaban menos de ella, de lo que lo hacían sus queridos alumnos. 

El cielo la contemplaba sentada junto a la ventana, serena y nostálgica, mientras las gotas de una lluvia que se había convertido en la incólume compañera de sus recuerdos, descendían juguetonas por el cristal reflejándose en unas lágrimas que arrastraban, en su purificador camino, los pasajes de toda una vida.
Y así llegaba la señorita María al final de su trayecto, sintiendo como se acercaba lentamente el momento en que sonase la campana, su propia campana, aquella que le enseñaría el camino de vuelta, hacia una nueva aula.


viernes, 8 de mayo de 2020

HIJA DE LA LUNA

Erase una vez... una princesa que vivía en una isla del mediterráneo.
A diario se paseaba por los senderos y caminos, rodeada de aguas cristalinas y playas de arena blanca. El sol la iluminaba durante el día, y la luna le cantaba canciones de cuna en las largas y cálidas noches del verano mientras ella danzaba con su pelo negro ondeando al viento y los astros reflejando en ellos, su plateada sonrisa.

Muchas personas llegaban a la isla en la época estival buscando trabajo y nuevas experiencias, cuando los fríos vientos invernales seguían su camino hacia el horizonte y el sol tomaba las riendas de su propio destino.
Entre todas esas personas me encontraba cuando llegué, un verano de hace ya muchos años, a la isla de Ibiza. Y así te conocí.

En ese momento comenzó una de las épocas mas maravillosas de mi vida.
Los días transcurrían entre las cálidas brisas y los destellos purpura que la luna dejaba caer sobre nosotros como una cascada de luciérnagas salidas de las mismas crisálidas que engendran las estrellas.
El trabajo y las labores que teníamos que realizar a diario no eran trabajo estando a tu lado. Eran momentos llenos de esfuerzo que se recompensaban cuando pasabas frente a mi en el comedor y me mirabas sonriendo.
Momentos que fueron guardados en el mágico baúl del alma; recuerdos de una inenarrable felicidad junto a todos aquellos con los que compartimos aquellos maravillosos años.

Aún recuerdo cada día que pasamos juntos. Aquella isla nunca será la misma desde entonces. Aquel sol nunca será el mismo si no lleva impresa tu silueta recortada sobre el, cuando me sonreías en la playa y dejabas caer por tu pelo las gotas del agua del mar sobre mi rostro.
Aquella luna nunca será la misma sino puede iluminarte como te iluminó aquella noche frente a la playa, cuando tus mágicos y embrujadores ojos se perdían en la quietud del mediterráneo dejándose llevar por una enigmática nostalgia mientras caminábamos y las olas caían rendidas ante ti. Entonces me acerque y una vez mas, mirándome, me lanzaste una de aquellas sonrisas capaces de hechizar al mismísimo mago merlín.

Fueron años llenos de vida, llenos de amistad, llenos de confianza y de cariño; llenos de una gratitud latente que esperaba su momento para salir a raudales cada vez que pensaba y pienso en ti. Recuerdo el sonido de tu coche surcando los caminos cuando nos dirigíamos hacia la noche...., una noche plagada de luz y de alegría, de risas y de bailes, de abrazos y de miradas que maridaban con la música reinante mientras grababan la banda sonora de nuestras vidas.

Nunca podré olvidar ningún segundo de los miles y miles que pasamos juntos. Nunca podré olvidar ninguna de tus sonrisas, ninguna de tus miradas, ninguna de tus palabras susurradas y mecidas por la cálida brisa del océano.
Nunca podré olvidar ninguno de tus abrazos, ninguna de tus confidencias, ni la confianza que depositaste en mi.
Nunca podré olvidar aquella noche en el “Casanova”, cuando corriste hacia mi y te abrazaste apoyando tu rostro sobre mi hombro mientras sentía tu cálido aliento susurrándome al oído aquella frase que nunca olvidare...
Jamás podré olvidar los minutos que estuviste así, como una niña pequeña deseando ser querida y protegida, como una niña pequeña dolida y dañada por tantas actitudes. Como una niña pequeña que solo ansiaba que la quisieran...

Los años pasaron y cada uno tomamos derroteros distintos en la vida, unos en un lugar, otros en otro; pero siempre estuvimos conectados en cierta forma, y siempre que hablábamos, la sonrisa escapaba de nuestras bocas para gritar al mundo que seguíamos compartiendo momentos y que en nuestros sueños y en nuestros recuerdos continuábamos en aquella mágica isla rodeados de la etérea bruma de un amanecer.

Hace ya un tiempo que decidiste dejar este mundo en esa fatídica fecha que nadie desea recordar.
Tu sonrisa, tu mirada, tu presencia y tu recuerdo se mezclan en el corazón junto con el desgarrador pensamiento de que pudimos hacer algo mas por ti.
Intento retroceder en el tiempo para poder sostenerte y abrazarte en aquel momento en que nos dejaste. Intento agarrarte para que no dieras ese paso, presa de tu tristeza y de tus problemas, dejando escapar tu vida en un etéreo suspiro.
Pero las brazadas en el agua de la memoria no pueden hacernos llegar a ti, sino que nos arrastran de manera inexorable hacia un futuro donde nuestra conciencia da sufrimiento a los recuerdos que relampaguean en el alma como una lejana tormenta sobre el mar.

Que estas lineas sean un homenaje, un recuerdo escrito sobre un papel y lanzado al viento de una noche de verano, para que todos sepan que nunca te olvidare, que nunca dejare de recordarte y de rememorar en el carrusel de la memoria cada momento vivido a tu lado en aquellos mágicos años de nuestra dorada juventud.
Aquí quedan estas lineas para que todos sepan, como tu también supistes y sabes, que te quise, te quiero y te querré siempre.

Rezo y rezare por ti para que Dios te tenga en su gloria y te cuide mientras duermes en su regazo como la niña que siempre fuiste, esperando que en un eterno futuro lleno de esperanza, todos juntos volvamos a caminar y a gritar al viento, como decía aquella canción que tanto nos gustaba...

vamos a jugar en el sol...todos los días son días de fiesta”.

Descansa en paz Ana
Princesa de Ibiza
Hija de la luna








miércoles, 27 de marzo de 2019

EN EL PATIO DE LAS COLUMNAS

Aquel hombre despertaba de un sueño. Un sueño que no era como tantos otros había tenido en su vida; ¡había sido tan real...!

Recuerdos de su pasado aparecieron en su mente con una fuerza tal, que los ecos de un imposible resonaron en su alma trayéndole canciones de su infancia. Por un momento tuvo la sensación de que en algún punto de un universo paralelo o de un lejano planeta seguían sucediéndose las escenas que coparon su niñez y que, como tantas otras cosas, se perdieron poco a poco en la melancólica nostalgia de la bruma de un amanecer.

Las escenas que habían llegado a su corazón se empezaban a esfumar como la niebla cuando aparece el sol, pero aún quedaban rastros de ellas, como una dulce y tenue fragancia a dama de noche.


Ese mismo día se reunía con sus antiguos compañeros para visitar de nuevo el colegio de su niñez.
Al caminar a su lado, en su mente y en su alma afloraban preguntas con una respuesta ya anticipada. En su corazón resonaban los ecos de aquellas risas y de aquellos pasos dados en su infancia en aquella escuela de sus vidas; juntos fueron creciendo por aquellos pasillos de mármol veteado, sobre aquellas pétreas y vetustas escaleras, entre los altos muros y las robustas paredes que volvían a vibrar con sus pasos al igual que entonces, cuando siendo niños, caminaron juntos como ahora volvían a hacerlo.

Aquellos hombres pudieron comprobar como a su vez, aquellas aulas y aquellas estancias seguían cobijando sus voces; los murmullos de un pasado grabado en tono sepia; el pasado y los recuerdos de aquella generación del 75 que como tantas otras dejaron su impronta en aquel colegio, en La Salle, emblema e historia de una escuela, de una ciudad y de una estirpe docente que también ayudó con sus manos a esculpir y dar forma a la arcilla de nuestra personalidad.

Todos y cada uno de aquellos lugares aportaron su granito de arena a la banda sonora de nuestra historia; una historia que tal vez haya sido elevada al cielo por las almas de los profesores que ya no están, o que aún hoy, ya ancianos, también se recrean en sus recuerdos desde un punto de su retiro en el invierno de sus vidas.

Hermano Gabino, Hermano Quintiliano, Hermano Justo, Srta. María Gracia, Srta. Pilar, Sr. Tapia, Don José Ramón Fernández Lira, Don Camilo, Don Manuel Pareja, Don Manuel de Caso, y tantos y tantas otros y otras, para los que también vayan nuestros recuerdos, nuestra admiración y nuestro homenaje por tantos años de esfuerzo y docencia, en los que nos ayudaron y nos guiaron mientras guardaban en lo mas profundo de su ser aquellas inocentes voces que ahora, tal vez, siguen resonando en sus corazones como un coro que surca las estrellas en un firmamento plagado de recuerdos.

En los ojos de sus antiguos compañeros pudo ver reflejada su propia infancia; aquellos rostros en los que el paso del tiempo había dejado su impronta seguían guardando un destello de los niños que fueron; y mientras les miraba podía sentir los rayos de un sol que ya pasó, de un sol que les iluminó en aquellas eternas y sencillas excursiones a la suara, al Recreo de las Cadenas, a la gruta de las maravillas, o a Sevilla, donde los recuerdos nos traen aún el sonido de los remos y el frescor de las gotas de agua en nuestros rostros mientras paseábamos en barca por la plaza de España con Don Manuel Pareja Obregón como capitán de aquellos pequeños navíos.... 

Tantos y tantos lugares repletos de momentos...; los teatros navideños, como aquella lluviosa mañana del invierno del 82 donde nuestras manos tocaban los finos bastones de madera, los sombreros de paja reposaban sobre nuestras cabezas y los chalecos de borreguito cubrían nuestros cuerpos mientras formábamos como pastores sobre el escenario, sosteniendo una simple cartulina en la que enviábamos al mundo nuestro mensaje...; la clase de 5º B les desea Feliz Navidad y Feliz año 1983.

El sol a veces se ocultaba tras las nubes que cubrían el cielo en aquellas tardes de lluvia y verbos, iluminados por los fluorescentes blancos, bajo la tutela de Don Manuel.

Un sol que nos acompañaba también en aquellas solemnes misas matutinas; en aquellos juegos en el patio; en aquellos bocadillos envueltos en papel albal; en aquellas inocentes risas que flotaban en un aire limpio y puro, donde la maraña de ondas electromagnéticas de las nuevas tecnologías aun no había aparecido, y donde el sol rozaba nuestra piel con la suavidad y la pureza con la que lo hicieron aquellos soles del pasado, como despidiéndose de aquella generación del 75, aquellos niños de la clase B, aquellos hijos del ultimo sol del ayer.

Bajo nuestros pies podíamos sentir la vibración de aquellas estancias, y aquella misma vibración nos traía recuerdos de antaño; los nervios de la recogida de notas, las calurosas tardes de un verano de recuperación, la siempre dura vuelta a clase y los pasos que resonaban como una estampida al salir el ultimo día para encarar las vacaciones de verano.

La pizarra ahora parecía mucho mas pequeña de como la recordaban sus ojos de niños cuando subían nerviosos hacia ella tras la llamada del profesor.
Las ventanas seguían mostrándoles el patio con las canchas de baloncesto, alrededor de las cuales tantas y tantas veces corrieron en clases de gimnasia, junto a los frontones verdes y el edificio de ladrillo amarillo que albergaba el gimnasio.

El patio de las columnas de granito gris les sostenía...; aquel lugar en el que tantos y tantos juegos se habían sucedido mientras crecían al abrigo de su sombrío frescor y bajo la mirada atenta de aquellos hermanos con sotana y manos entrelazadas en la espalda, que con su esfuerzo y dedicación hicieron mucho mas fácil la labor de unos padres en la educación de sus hijos.

Aún hoy, pasados ya los años y con el patio en completo silencio, parece que en cualquier momento la antigua campana de bronce va a sonar tiñendo el ambiente con su sonido metálico y severo mientras mirábamos al hermano Gabino que la hacia vibrar con fuerza anunciando la vuelta a las aulas.

El suave sonido del agua del estanque sigue sosegando nuestro animo, como el hipnótico siseo que se quedó grabado en nuestros corazones cuando compartíamos momentos en aquellos bancos de piedra del jardín que se elevaba frente a la capilla y al lado del aula de música, donde tantas veces interpretamos con triángulos de metal, panderetas y flautas las ancestrales melodías de nuestra infancia.

Tal vez si nos quedásemos muy en silencio en medio de la noche clara y pura del verano, por una de las ventanas de la clase llegasen a nuestros oídos los acordes flautiles de aquel “arde londres”; me pregunto si aún lo seguirán interpretando los niños actuales, pero seguro que no sonara igual, porque cada generación tiene sus propias notas, sus propios acordes que se afinan para hacerlos maridar a la perfección con la sintonía de nuestros corazones.

Puede que estas líneas solo sean el grito en el desierto de un eterno nostálgico, de alguien que se aferra a unos recuerdos que no le anclan a un pasado, sino que le hacen saber quien es y quienes fueron aquellos y aquellas que le acompañaron en los primeros años de su vida, en esos años donde la magia aún reside y fluye a borbotones de nuestra alma dejando el recuerdo eterno e imperecedero de unos momentos que formaran parte de nuestra historia para la eternidad.

Ahora, en la madurez, vuelves a encontrarte con tus compañeros y compruebas como las vidas de todos y cada uno de ellos tomaron derroteros distintos; matrimonios, hijos, proyectos en el extranjero, desengaños sentimentales, equivocadas o acertadas decisiones, arduos trabajos, y algunos tristemente desaparecidos, para estos últimos, descansen en paz amigos; y entonces recuerdas la frase de aquella mítica película “cuenta conmigo”, en la que el protagonista, desde su despacho, con sus hijos correteando a su lado, escribía en un viejo ordenador aquella frase:

Nunca tuvimos amigos como los que tuvimos siendo niños....¿acaso alguien los tuvo?”

y te das cuenta de cuanto los aprecias y los apreciaste, te das cuenta de cuanto los echaste de menos cuando aquellos años de la EGB terminaron y nos abrieron las puertas a una jungla muy distinta de los verdes y frondosos pastos por los que habíamos caminado en nuestra infancia.

Le doy gracias a Dios por haberos conocido, compañeros; por haber tenido la mágica e impagable infancia que tuvimos rodeados de nuestras familias.
Tal vez ahora, con el paso del tiempo y el derrotero que tristemente a veces esta tomando la sociedad, nos demos cuenta de lo afortunados que fuimos al poder crecer en aquellos años donde aún flotaba en el aire el suave y aromático éter de la esencia de nuestros antepasados, una fragancia llena de disciplina y principios, pero también de amor, de magia y de puros y verdaderos deseos de nuestro bienestar presente y futuro.

Espero que esos recuerdos siempre nos acompañen y que a las generaciones venideras, a vuestros hijos, y a cualquiera que llegue a vuestras vidas, les contéis las historias, las vivencias y las aventuras que tuvieron aquellos niños que fuimos y que siempre seremos, para que ellos también puedan conocer la simpleza, la magia y la pureza de una infancia de años pasados, que puedan aspirar el aroma de nuestros recuerdos y que puedan conocer la historia de aquellos amigos, que ahora y gracias a varios de nuestros compañeros, seguimos en contacto.

Y a vosotros niños y niñas del presente, deciros que aprovechéis y exprimáis al máximo esta infancia en la que estáis; no tengáis prisa por crecer, no caigáis en la trampa..., no adelantéis el reloj de vuestra vida, porque estos momentos no volverán, y creedme, mas de una vez querréis volver a ellos cuando pasen los años.
No atended a modas ni a engaños, no perdáis la magia y la esencia de vuestra niñez, haced caso a vuestros corazones y a la luz de vuestras miradas, jugad, corred, cantad, soñad, y guardad en vuestra alma cada momento vivido, será un gran tesoro para vuestra vida.

Y estas han sido las líneas homenaje a una generación, a unos buenos amigos y a todas las personas que formaron parte del magnifico elenco protagonista del teatro de nuestra infancia.

Entre todos estos momentos que ahora afloran a nuestra mente conforme retrocedemos a esa época, una cosa es segura queridos compañeros, que independientemente de donde estemos y de lo que hagamos, por encima de alegrías y preocupaciones, problemas o desasosiegos, siempre habrá un segundo de nuestras vidas, aunque solo sea un segundo, donde un recuerdo surgirá con la fuerza de un relámpago y el brillo de una supernova en nuestra alma para hacernos esbozar una sonrisa recordando algunos de los miles y miles de momentos que vivimos juntos en aquellos años de nuestra niñez, los años y los recuerdos de los alumnos, compañeros y amigos de la generación del 75, Colegio La Salle Buen Pastor Jerez, letra B.

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miércoles, 17 de enero de 2018

HOMENAJE A DOLORES O´RIORDAN

Hoy el "bodhran" late con fuerza en cada pequeña taberna de Ballybricken, hoy las gaitas resuenan entre las paredes de la montaña sagrada Croagh Patrick y por los montes de Dartry con el magnánimo Ben Bulben, donde la leyenda cuenta esta enterrada la Reina guerrera Maeve de Connaught. 
Hoy la flauta travesera se desliza entrando en los oídos de cada campesino que encuentra a su paso mientras surca la ruta del Anillo de Derry; hoy el violín gime lastimero mientras el arpa, como la mano de nieve que acaricia su frente, lo consuela con sus notas flotando en la bruma que envuelve por la noche los lagos de Iveragh
Hoy, la isla esmeralda te canta y mece tus sueños, mientras alzas el vuelo de camino al hogar.

Cuentan que naciste en Ballybricken, Limerick, Irlanda, el mes de Septiembre del 71. Dicen las viejas voces que aquella pequeña irlandesa cantaba por todos los rincones de aquella granja que era el hogar de la familia, que tocabas el órgano y cantabas en la iglesia junto con tus padres y hermanos, que ayudabas a tus padres en las labores del campo.
Cuentan que te querías salir del estereotipo de niña, que vestías distinta a ellas, que te gustaban cosas distintas, que preferías cantar o pasar el tiempo con tus hermanos, que a los 10 años ya trabajabas con tu madre, o que en el colegio te llamaban The girl who writes songs (‘la chica que escribe canciones’).

Cuentan que mientras crecías, durante tu adolescencia, te encantaba la música sacra, que admiraste a "Duran Duran", a Sinead O´connor, a Patsy Cline, o a "The Smiths" y que un dia te unistes con algunos chicos de tu pueblo con el sueño de formar un grupo, sin tan siquiera sospechar, a cuantas personas llegarían las canciones de ese mismo grupo, las canciones de "The Cranberries".

En algún lugar, en este mismo momento, tal vez alguna madre o abuela irlandesa le cuenta a alguna pequeña que se arropa en sus faldas que te criaron como católica, que te definiste como Cristiana, que adorabas a Juan Pablo II, del que comentaste:

"Era precioso, muy santo. Estaba loca por él. Pienso que realmente se preocupaba por los pobres y que amaba reunirse con la gente. Lo vi cuando vino a Limerick, cuando yo era una niña; fue bastante alucinante llevar a mi madre para verlo".

Recuerdo que me encantaba verte cantar con tu cruz al cuello y otra tatuada en tu brazo derecho aportando, como tantos otros hicieron antes, tus gotas de luz en las letras de tus canciones, como en esa mítica "zombie", donde contabas y gritabas al viento el dolor del conflicto en tu Irlanda natal entre católicos y protestantes.

En las páginas de tu vida contaran que en medio de una época de confusas y dispares ideologías, donde casi más parece un delito tener ideales férreos que no tenerlos, te definiste como próvida, que nadie te pudo dar lecciones de como ser madre o mujer, muy al contrario; tú, símbolo de tantas y tantos jóvenes, lanzaste tu sentimiento al mundo defendiendo tus ideales, tu creencia, tu fe, sin miedo alguno, y defendiendo sobre todo a las mujeres con aquellas palabras en las que dijiste:

"No estoy en posición de juzgar a otras mujeres, ¿sabes?, pero quiero decir ¿por qué se embarazan? No es nada bueno para las mujeres pasar por todo el procedimiento del aborto y hacer que algo vivo dentro de sus cuerpos sea succionado. Esto denigra a las mujeres. Incluso, aunque algunas mujeres dicen “no me importa hacerlo”, cada vez que una mujer realiza un aborto, esto le aplasta su autoestima, haciéndola más, más y más pequeña".

Frase que denota tu sentimiento y cariño por la vida y la defensa de ella en todas sus variantes y que cualquier acto contra ella no es motivo de orgullo sino muy al contrario, toda una tragedia y duro tramite para quien la realiza.

Quizás en este mismo momento, en algún recodo, justo debajo de algún milenario puente de piedra, o tal vez escondidos en la densidad de los bosques de Dun a ri, las "xanas", los "leprechaums", que han parado de coser y remendar los zapatos de los "gnomos", los "trasgos", las "náyades", y todas las hadas de Irlanda se reúnen en tu honor para contarse entre ellos que te casaste, que tuviste tres preciosos hijos Taylor Baxter, Molly Leigh y Dakota Rain.


Esos mitológicos seres, sentados sobre piedras húmedas de rocío y veteadas de verde musgo, abren muy bien sus ojitos y agudizan sus oídos para escuchar como la reina de las "xanas", con el rumor de una pequeña cascada de fondo, les cuenta que recibiste un don de Dios en tu voz, y que esa voz acompañó y ayudó a muchos millones de personas en el mundo.

Podría también contarles a todos esos pequeños seres irlandeses sumidos en su mundo de verdor, oscuridad y frescor de la naturaleza, muchas anécdotas en las que, con tu voz, fuiste parte fundamental de ellas. Podría contar como con tu canción "Promises" escribí la primera carta para trabajar fuera de mi ciudad y comenzar así una de las etapas y experiencias mas preciosas que he tenido; aún recuerdo como sentado delante del ordenador oía   mientras decidía como encarar aquellas cartas laborales.

Podría contarles como con tu voz me acompañabas en el tren las tres horas que duraba el viaje para ver a una de las personas mas importantes de mi vida; podría contarles como la emoción del viaje y del reencuentro con ella, era acompasada por tu magia en los auriculares del mp3, oyendo y deleitándome con tu mística voz y aquellas canciones "Zombie", "Animal Instinct", "Just my imagination", "Dreams", "When your gone", "Salvation", y tantas y tantas otras

Podría contarles como desde pequeño me he sentido identificado y atraído por Irlanda, por su música, sus leyendas, sus costumbres, sus paisajes, su mística, y sus etéreos y brumosos tiempos.

Podría contarles, y así les cuento, que eras mi preciosa musa irlandesa; como tus delicados y afilados rasgos siempre me encantaron, contarles que eras mi particular "Princesa Isolda", perfecta muestra de la belleza atemporal y ancestral en mi humilde concepto de ella, y de como la sublime elegancia de tus ojos y el misterio lánguido y nostálgico de tu enigmática mirada, unidos a tu dulce voz, me trasladaban a mágicos y místicos sueños o a los verdes campos de la vieja Irlanda.

Podría contarles tantas y tantas anécdotas que ahora, después de que te has ido, rememoro y me doy cuenta de la importancia que tuviste en muchos momentos de mi vida, como seguro lo tuviste en la de millones de personas. Como con tus canciones y tu prodigiosa voz, hiciste una fantástica aportación a la banda sonora de la vida y de muchos momentos de un humilde servidor.

Es el momento en que muchos te adoraran, otros te criticaran, otros inventaran, otros se centraran en averiguar las causas de esto o de lo otro, pero me gustaría que este momento solo fuera de reconocimiento a tu vida, a tu trabajo, al don que Dios te dio, a los años en los que prácticamente crecimos juntos unidos por el mágico lazo de la música.
Tal vez sea también un momento para pedirte perdón por cada momento en que sabiendo que ahí seguías, no intentamos saber mas de ti, de tu música, de tus proyectos, de tu vida, de como te sentías... tal vez como todo buen fan debería hacer y que por dejadez o por pasotismo no hacemos.

Ahora ya vas camino a casa, ahora ya recorres el camino al hogar, ahora tu voz se une a la de tantas mujeres irlandesas que fueron tus antepasados, ahora el desgarro de tu mágico tono se une al ancestral desgarro que las madres irlandesas imprimían a sus nanas en las cunas de sus pequeños, en sus granjas, azotados por el viento del páramo, con el crujir de los goznes de las viejas puertas, con la humedad del mar en el ambiente, con la majestuosidad de los acantilados de "Connemara", con las verdes estepas, con los dorados campos de cebada, con las brillantes estrellas que se alzaban sobre las nubes e iluminaban las pequeñas camas de esos niños y niñas como también un día iluminaron la tuya; y meciendo tal vez una pequeña cuna de madera les cantaban mientras, los ojos de ese o esa pequeña, se fundían con los de sus madres y abuelas en un ancestral y mágico rito.

Ahora es el momento de contarles a esos pequeños seres que te recuerdan reunidos en su pequeño lago, protegidos de la perversión actual, amparados en su magia, en algún conclave de sus secretas reuniones, quizás dentro del mágico bosque de "Slieve Bloom", como tengo que darte las gracias y de dar las gracias a Dios por haber compartido la época en la que tu voz salio de tu corazón hacia el mundo y haber podido oírla y recibirla como una bendición.

Gracias por tanto Dolores. Hoy no es un día cualquiera para los que disfrutamos con tu música, hoy no es un día cualquiera para los que nos emocionamos contigo en tantos y tantos momentos, hoy llora Irlanda y el mundo entero, hoy el mar rompe con desgarrado estrépito en los acantilados en tu honor, hoy la brisa recorre las tierras altas trayéndonos el rumor de tu dulce y ancestral voz, hoy en la noche, el verde de tus irlandeses ojos sigue alumbrando nuestros recuerdos, y tus canciones navegan por el río Shannon de tu Limerick natal.

Que estas humildes líneas queden como unas mas entre tantos y tantos homenajes que te mereces, que sirvan para recordarte siempre y darte a conocer a quien aun no te conoció. Es un honor y un privilegio como persona haber compartido época y mundo contigo. Que Dios te bendiga y te guarde en su gloria.


   
                                            Descansa en paz Dolores Mary Eileen O´riordan Burton

martes, 9 de febrero de 2016

HOMENAJE A DON JEREMY BRETT


In loving memory of Sir Jeremy Brett


A veces resulta complicado trasladar a un escrito, las sensaciones de un alma. 
Tendríamos que tener el talento de un genio para poder plasmar ese sentimiento en unas líneas y hacer que alguien pudiera sentirlo o pudiese entenderlo de la misma forma que nos hace estremecemos a nosotros mismos.

Hace poco, queridos amigos, volví a retomar con fuerza una de aquellas cosas que rondan tu niñez y tu infancia y que con el paso de los años, por algún motivo, vuelve a tu vida para aportarte vivencias, recuerdos, momentos, sonrisas, nostalgia, y tantas y tantas cosas olvidadas a lo largo del camino; o bien para ayudarte con una dosis de magia en momentos donde tu estado anímico necesita de eso mismo, ¡de magia!, ¡de recuerdos de tiempos pasados!, ¡de luz y calidez!, en este caso aportadas por unas preciosas historias.

Alguien dijo una vez que somos recuerdos, que toda nuestra vida gira en torno a lo que sentimos, a lo que recordamos, y esos recuerdos y sentimientos se ven inexorablemente influenciados por mil y un detalles de la vida diaria, de esos detalles que el materialismo de una sociedad a veces nos hace olvidar. 
Un gesto, un suspiro, un rayo de sol, una canción, un olor, una imagen, un libro...cualquier cosa que llega a nuestra vida en un determinado momento para dejar, como si de un poso de café se tratase, su esencia en nosotros.

Un caballero ingles un día decidió coger unos lápices y un taco de papeles y ponerse a escribir sobre la vieja mesa de madera de su cocina las historias de un detective privado en el Londres victoriano.

Aquellas líneas se convirtieron en decenas de historias que la gente consumió vorazmente. Su mezcla de sagacidad, diversión, intriga, aventura, inteligencia, perspicacia, elegancia, escenificación, personajes, todos esos ingredientes fueron mezclados en alguna coctelera universal, agitado por el brillo de las estrellas en las noches de escarcha invernal y derramado en todas y cada una de las personas, que haciendo las veces de copas de coctel, decidimos beberlo de sus libros.

Hace poco volví a retomar las aventuras de Sherlock Holmes, esa magnifica obra de Sir Arthur Conan Doyle; la historia de aquel sagaz investigador privado junto con su ayudante, el inseparable doctor Watson.

Aquellas historias conformaron y conformaran la vida de muchísimas personas en el mundo. Tanto fue así, que indudablemente otro hombre decidió cogerlo de las manos y arrancarlo de las paginas amarillentas de un viejo libro para llevarlo a un formato mas actual, como fue la televisión en su momento.

Y lo que iba a ser un paso mas en aquella inexorable aventura que comenzó sobre la mesa de madera de una vieja cocina alumbrado por un candil, con un bote de tinta y unos cuantos papeles, se convirtió gracias a usted Señor Brett, en algo mas...

Volví a retomar aquellas historias primero con un vetusto y viejo libro de mi niñez, libro de paginas amarillas por el paso del tiempo y que volvió a prender la mecha de aquellas fantásticas historias llenas de intriga e inteligencia.

Aquel pequeño libro no fue sino el anticipo de comenzar a leer lo que es denominado el "Canon Holmesiano", es decir toda la obra de Conan Doyle sobre Sherlock Holmes, incluyendo, relatos y novelas recogidas en un enorme libro de mas de 1700 paginas, pero que se lee con una facilidad pasmosa. 
Un libro capaz de trasladarte a la Inglaterra victoriana, capaz de hacerte sentir la densa y húmeda niebla de las calles londinenses, de hacerte respirar el aire puro de la campiña de Sussex, de hacerte contemplar el brillo de la luna reflejado en las adoquinadas aceras de la calle Baker Street y aquel inmueble, el 221B, donde residían Holmes, Watson y la queridísima señora Hudson.

En este caso no solo comencé a leer el libro, sino que lo alterne con aquella fantástica serie producida por granada televisión entre los años 80 y 90, protagonizada por Don Jeremy Brett como Sherlock Holmes, y Don Edward Hardwicke, como el doctor Watson. Y la mezcla de ambas combinó una simbiosis tan perfecta, que me hizo contemplar lo que significa la excelencia en un trabajo.

Usted Sr. Brett, sacó a un personaje de ficción de unos viejos libros y lo hizo real; tal vez no seamos conscientes del calibre de lo que usted consiguió, pero es algo que supera la mera interpretación magistral de un papel.

Usted señor Brett dignificó una profesión, usted hizo que un personaje que fue creado con tinta y papel, tomase aire, respirase y tomase forma humana para colarse en nuestros hogares y en nuestras vidas a través de la pequeña pantalla, para que todos y cada uno de los “Holmesianos” vibrásemos y vibremos con cada uno de sus gestos, de sus miradas, de sus diálogos, de sus sonrisas, de su complicidad con el señor Watson. Usted consiguió sacarnos de una a veces perversa sociedad, de un entramado de miseria y conseguir que nos deleitásemos con cada pequeño sorbo de la excelencia de su interpretación en el calor de nuestros hogares.

Nos encontramos en una sociedad rodeada de corruptos, de falsos, de mentirosos/as, que consiguen a través de la vagancia y el chabacanismo propagar su fango entre aquellos que intentamos salir de el. Una sociedad donde la meritocracia se ha dejado a un lado para conseguir las cosas solo a través de sexo, conveniencia, superficialidad y engaños, y donde contemplar un poco de excelencia es como sentir una gota de agua fresca cayendo por un paladar seco en medio de algún desierto.

En este caso amigos quiero rendir un homenaje, un tributo a un hombre, a un ACTOR con todas las letras, a una persona que llevó su trabajo a la mayor excelencia que humildemente he contemplado en el terreno cinéfilo.

Este articulo queridos amigos, es un aplauso eterno e imperecedero para el ya desaparecido, Jeremy Brett.

Es difícil contemplar a un actor que traslade el personaje original de una novela a la pequeña pantalla con mas perfección de lo que lo hizo Jeremy Brett con Sherlock Holmes. Es absolutamente increíble leer los textos originales de Conan Doyle, y una vez contemplada la serie televisiva, que automáticamente tu mente lo traslade a la forma física, psicológica y gestual del imponente trabajo que Brett realizó, tan fidedigno, tan conciso, tan perfecto, tan fiel...

Sacó al personaje del altiplano al que Hollywood lo había llevado con algunas películas y series bienintencionadas pero que no daban ni de lejos con la cantidad de matices que Doyle creo para su personaje. Pero esto sucedió hasta que Jeremy Brett se enfundo el sombrero de copa, sostuvo con su elegante mano el bastón negro, se calzo el gorro de cazador de ciervos en sus largos paseos por la campiña inglesa y tomo la pipa "Meerschaum" mientras contemplaba de lejos las cataratas "Reichenbach" testigo impresionante de su enfrentamiento final con el profesor Moriarty. 
Y una vez bien pertrechado con todos sus ropajes, Don Jeremy Brett se dispuso a realizar una de las mayores obras maestras que este humilde servidor a contemplado en la historia del cine y la televisión.

Jeremy Brett nos mostró al Holmes neurótico, hiperactivo, egoísta, drogadicto, mercurial, delicado, brillante, mordaz e irritante de las historias de Doyle. Utilizo cada centímetro de su cuerpo para sacar al personaje en toda su gloria de genio complejo, cargante y fantásticamente asombroso. 
Un zurdo que supo de forma exquisita utilizar su derecha para amoldarla al personaje, que aprendió a fumar en pipa de forma correcta, que lleno su rostro de miradas, gestos, guiños, cierre de párpados, pequeños tics... que con uno solo de sus silencios supo decir mas que todos los actores que anteriormente se enfundaron en tan complejo personaje.

Y que decir de su voz.., un registro tonal capaz de pasar por todos y cada uno de los matices sonoros y crear un tapiz auditivo que complementaba perfectamente al personaje dotándolo de todos y cada uno de los detalles descritos por Doyle; hablando como un torrente, casi farfullando, capaz de hipnotizar con un ronroneo subsónico, de saltar con un gruñido felino cuando una pista se le escapaba, pasando de la exaltación nerviosa a la mas depresiva de las miradas lánguidas.

Sus enormes ojos verdes, cansados, capaces, con solo una pequeña expresión de explicarte tres folios de texto completo sin que le hiciera falta articular ni una sola palabra. Su risa, neurótica e incontrolada, escaparate visible de la enorme inteligencia con la que doto al personaje acompañado por Edward Hardwicke y Rosalie Williams en los papeles de Watson y la señora Hudson, y que tan bien maridaron con la excelente interpretación de Jeremy Brett.

Verle actuar a usted señor Brett, es como contemplar la capilla Sixtina, las puertas del Batisterio, los frescos de Volterrano. Es simple y llanamente observar la perfección, la excelencia, sentir la mano de Dios en el mundo en una de sus múltiples y diversas formas. Es enorgullecerse del género humano y observar como alguien puede disfrutar tanto ejerciendo su trabajo, que consigue llevarlo al nivel de, simple y llanamente, no poder hacerlo mejor.

De mezquinos seria no dar también un merecidísimo aplauso y hacerle extensible este pequeño y humilde homenaje, a Edward Hardwicke, el mas digno doctor Watson que se ha interpretado sacándolo del papel de "bobo" al que lo sumieron las grandes industrias en sus películas y otorgándole el justo, excelente y merecido protagonismo que la obra de Doyle le otorgó.

Así que un fuerte aplauso para usted también Don Edward Hardwicke, descanse en paz, y gracias por tan excelente trabajo.

Aquella luz clara y pura de sus episodios, luz clara y diáfana sin la infección de las ondas electromagnéticas que nos inundan hoy día. Aquella luz que perteneció a la infancia de muchos, aquella mágica luz de aquellos días de los años 80, aquellos paisajes, la fotografía, la localización, la campiña, las calles empedradas, las mansiones victorianas... Todo fue perfecto, inigualable, propio de algo que quedara en los anales de la interpretación para los tiempos venideros, para que los y las futuras actores y actrices puedan sentarse y que algún docente solo tenga que poner uno de sus capítulos en pantalla y decirles, señoras y señores, esto es ser un actor.

Puede que no muchas personas puedan valorar estas líneas o sacarles todo el significado que tienen, como la pisa de la uva saca la esencia para un buen vino. De necios seria pensar que todo el mundo tendrá tus mismas inquietudes, tus mismos gustos, o tu mismo concepto sobre la vida. 

Tal vez estas líneas y lo que ellas significan, queden reservadas para aquellos que olemos, sentimos y respiramos el sol. Para aquellos que cerramos los ojos y nos sumergimos en un lago de agua clara, pura y cristalina, en ese lago donde la película de nuestra infancia sigue flotando como burbujas doradas en una copa de champán, ese mismo lago en el que tras un día rutinario, lleno de problemas o de obstáculos, de penurias y dificultades, de mezquindades, conveniencias, chabacanismo, insultos, violencia, mentiras y demás actitudes que trufan la sociedad actual, llegamos a casa, nos sentamos, sentimos el suave tacto de la vieja franela del pijama, valoramos la calidez del hogar y nos sentimos orgullosos, alegres y felices simplemente por sentarnos en ese sofá que en tantos momentos nos ha cobijado a lo largo de nuestra vida y frente a la misma mesa donde nos sentamos en nuestra infancia, y recordamos...

Y para acompañar ese recuerdo, que mejor que una buena música celta o clásica; que mejor que un buen libro que te abra paso a un mundo lleno de aventuras, de vivencias, de paisajes, de viajes, de personajes, etc... o que mejor para acompañarnos en ese recuerdo que poner el DVD de “Granada Televisión” en una noche de fría lluvia, y admirar su magnánima interpretación Sr. Brett.


Durante el rodaje de la serie, Brett tuvo que abandonarla para acompañar a su mujer en estados unidos, enferma terminal, hasta que acabo falleciendo en el verano de 1985.

Su perfección en la interpretación, el modificar tantísimas facetas de su propia persona para hacerlas absoluta y diametralmente perfectas con el personaje de Holmes, unidas probablemente al drama personal vivido con su esposa, le llevó a caer en una profunda depresión en el año 1986. Una vez repuesto continuó, tanto en teatro como en la serie incluyendo largometrajes como "El sabueso de los Baskerville".

En 1988 Brett se tomó unas vacaciones que utilizó para volver al teatro interpretando también el papel de Holmes en el "Wyndham's Theatre" londinense para volver con "Los casos de Sherlock Holmes" y "Las memorias de Sherlock Holmes" rodados entre 1989 y 1994. 

Jeremy Brett era consciente ya de que no cumplía físicamente con las exigencias del personaje pero aun así volvió una vez mas a hacer gala de su profesionalidad y supo dar un giro a su caracterización, dotándolo de nuevas y sorprendentes facetas.

Tal vez pocos sabrán que para muchos, Jeremy Brett entregó su vida por dotar al personaje de tanta perfección, modificando tantos mecanismos personales y con tanta intensidad hasta que le hicieron caer en una profunda depresión tratada con litio y complicada con un enfisema pulmonar en sus últimos años

Brett murió el 12 de septiembre de 1995; la muerte le rondaba hacía ya tiempo y se veía en los últimos episodios de la serie. Una expresión pálida, fofa, hinchada, ribeteada de locura y de una tristeza inmensa. 
Destellos de lo que fue podían verse todavía hacia el final de la serie, en la luz de los ojos verdes ribeteados de rojo, en el pliegue sardónico de la boca tan expresiva, en la tremenda nostalgia de su mirada lánguida y triste, perdida entre el personaje y recuerdos de su propia vida. Y en la voz... siempre en la voz, cuya salvaje energía estaba sujeta al control férreo de un actor extraordinario.

Pocos son los tributos que ha recibido por tan ejemplar trabajo. Por muchas personas que le reconozcan, pocas son para lo que significó aquella magistral interpretación.
Y estas líneas, como tantas otras, quedaran impregnadas del recuerdo para hacerles saber a todo aquel que se asome a ellas que, al igual que con la música en la época de Mozart, con la pintura en la de Miguel ángel, hubo un día que en el terreno de la interpretación pudimos contemplar a un genio, un genio al que ahora, pasados los años, solo podemos y debemos levantarnos, quitarnos los sombreros de copa y nuestras gabardinas y aplaudirle con toda la fuerza y la sinceridad de la que uno sea capaz.

GRACIAS Sr Brett por tanto que nos dio, usted alcanzó el olimpo interpretativo que pocos alcanzan con un papel; ese olimpo en el que simplemente usted es Sherlock Holmes, y Sherlock Holmes.. es usted.

Desde estas humildes líneas amig@s, quería rendirle este pequeño homenaje. Que sirva para que los que le conocimos en su magnánima interpretación, siempre le recordemos; y que también sirva para descubrirles a aquellos y aquellas que aun no han saboreado la interpretación de un actor de verdad.







Jeremy Brett ( 3 de noviembre de 1933 - 12 de septiembre de 1995 )
Descanse en paz


Pongámonos en pie para emitir una sonora y perenne ovación para DON JEREMY BRETT.

Thank you Mr. Brett, thank you very much.


sábado, 12 de octubre de 2013

LOS HIJOS DE DIOS

Antes de publicar esta entrada amigos, me siento en el deber como persona, de dar un pequeño homenaje en este humilde blog, que no deja de ser un lugar de experiencias y sentimientos, un pequeño homenaje a una grandísima mujer, a una grandisima campeona, un ejemplo de superación, de una mujer que nos enseño que no somos hombres ni mujeres, ni negros ni blancos, ni enfermos o sanos, somos personas iguales, somos Hijos de DIOS, un homenaje a una gran persona y una gran Hija de DIOS.

Nos ha dejado hace unas horas, María de Villota, la que fuese primera mujer en ser piloto probador de un formula 1, nos ha dejado en un hotel de Sevilla, como consecuencia de las heridas producidas en aquel fatídico accidente que la aparto de la formula 1.
Nos ha dejado en estado de shock. Siempre la perdida de una persona en este mundo, te afecta, te duele, aunque no sea conocida personalmente, pero siendo sinceros amigos, en este caso me ha afectado mas de lo que pensaba, por muchos motivos, y tal vez porque personas como ella, nos hacen ver que maravillosos seres somos realmente, y que tontos somos cuando caemos en el desanimo y en la apatia y no nos damos cuenta que maravilloso es todo lo que nos rodea, es complicado dejar de contemplar su enorme sonrisa en tu mente, esa luminosa mirada, esas frases tan bonitas, esa experiencia que desde su accidente la hizo ayudar a las personas que sufrían, dándoles fuerza en su día a día, porque como ella decía desde aquel día comprendia la vida mucho mas allá de lo que muchos jamas llegaran a comprenderla, vivía la vida a cada segundo, sabiendo que es lo realmente importante, sabiendo que es un regalo que debemos aprovechar para aprender, sabiendo como ella decía que era muy importante " dar tu mejor versión, y ayudar a los demas ".

Se ha ido un año despues de su accidente, los medicos en su momento comentaron que " esta viva de manera milagrosa ", tal vez porque personas como ella, son un milagro en si mismas, como ha dicho su familia, DIOS les dio el regalo de poder estar con ella un año mas, para que aprendamos y escuchemos lo mucho que tenia que decir y contar, y para que podamos sentir la alegria de oirla y contemplar su maravillosa sonrisa.
En unos días publicaba su libro " la vida es un regalo ", extraigo algunas frases que hablan muy claramente de la grandisima persona que fue, es y sera:

«¡Parad! Parad en seco como si un accidente ocurriera en vuestra vida. Sí, nuestra vida no es nuestra. Es un trozo de tiempo infinito si lo compartes con quien amas, con quien te necesita. Y el mismo trozo de tiempo mezquino si no aprecias esto y cuanto te rodea».
«¡Sonríe, por Dios! O por quien tú quieras, pero sonríe, porque hoy estás aquí y te queda mucho por vivir en este día. Y decide. Decide si quieres solo llegar o pasear este increíble camino»
que sin pasar por un accidente como el mío, podáis sentir la alegría de estar vivos y disfrutar del regalo de la vida».
«Espero que mi gasolina os sirva de combustible también a vosotros»


Orgullo, honor y privilegio compartir mundo y ser hermano de personas como ella....

Descanse en paz Maria de Villota


Hace unos días amigos, escuche una noticia, de esas noticias que primero parecen pasar inadvertidas, pero conforme pasan los minutos y vas meditandola, te va sorprendiendo por momentos.

La noticia en si, decía que unos científicos canadienses, que por lo visto trabajan en un centro de estudios e investigación de alta calificación, habían descubierto que la famosa teoría del big bang, tenia lagunas.
Lagunas importantes, hasta tal punto que se llegaron a replantear que esa teoría, que es "dogma de fe" entre los científicos de hoy día, sea tal y como la piensa la comunidad científica actual.

Estos científicos, llegaron a extender la formula de la "creación del universo", casi hasta la milésima antes del famoso big bang... y las cuentas no les salían....

Por lo que decían, no podía haber nacido este universo de una explosión sin mas, sino que previo a esa explosión debía haber habido algo, algo o alguien....que habría provocado esa supuesta explosión que disperso la materia por el universo.
Obviamente la comunidad científica se echo las manos a la cabeza, desmentidos oficiales, opiniones encontradas, incluso amenazas veladas, porque no se les puede caer al suelo todo lo que, tal vez ellos han creado, toda esa doctrina que debes seguir a pies juntillas para que los modernos científicos no te tilden de loco, si es que te atreves u osas pensar distinto a ellos.

El debate en la actualidad esta servido, pero como poco, toda esta noticia no ha echo otra cosa sino poner en tela de juicio, la "dictadura" subliminal de esta sociedad, donde si crees en otra cosa que no sea lo que unos cuantos dicen, eres poco menos que un "frikie".


Pues si señores, hay algo mas, tal vez mucho mas de lo que nuestra primitiva mente pueda ni tan siquiera llegar a imaginar.
A estas personas les suelen encantar las pruebas, necesitan pruebas de todo, puesto que lo que sus "prodigiosas" mentes no puedan comprender, simplemente para ellos no existe, pues ahí van unas cuantas pruebas, de lo que se podría llamar " razones para creer ".

Prueba 1: Nos encontramos amigos en un enorme planeta llamado planeta tierra, hogar de miles y miles de especies distintas, tanto animales como naturales, formaciones increíbles, rocosas, boscosas, etc..., protegida por una atmósfera que nos aporta oxigeno imprescindible para la vida, atmósfera que ha favorecido la proliferación de organismos anaerobios y de una capa de ozono que nos protege de las radiaciones.

Capa de ozono que junto al movimiento rotativo contrario al de la tierra que genera un núcleo metálico dentro de nuestro planeta, crea un campo magnético que bloquea la radiación dañina del sol.
Protegiendo a nuestro planeta,y protegiendo a todos los seres que en el habitan, un planeta formado en un 71% de agua, imprescindible nuevamente para la vida, y que nadie sabe de donde apareció... de donde vino.... y como llego al planeta... , hipótesis... muchas, que si un meteorito la trajo, que si vino del centro de la galaxia, muchas y muchas teorías, pero certezas... ninguna, ¿curioso verdad amigos?.
No se conoce ningún planeta con ese equilibrio, equilibrio no solo formado por las condiciones de nuestro planeta sino también por el milimetrico danzar de la tierra orbitando alrededor del sol, y de un satélite llamado luna que órbita alrededor de la tierra, formando un complejo y preciso mecanismo que conforma entre otras cosas los años, las mareas y demás.... ya veis amigos...como si fuese un reloj, y como alguien dijo alguna vez, si existe un reloj... existirá un relojero...


Planeta habitado por todo tipo de especies distintas, por todo tipo de minerales, y por todo tipo de naturaleza, vegetación y alimentos que nacen de la tierra para nuestro sustento, y que supongo, ¿alguien plantaría no?, mis conocimientos de botánica son limitados pero cuando se quieren tomates, hay que poner la semilla del tomate en la tierra, regarlo y cuidarlo para que crezca.

Prueba 2: Nos encontramos amigos en un universo enorme, enigmático, misterioso, insondable, etc...maravillosa creación, compuesta de millones y millones de estrellas, galaxias y planetas, pues todo eso que vemos amigos, todas esas preciosas luces que brillan en la noche oscura, solo es el 8% de la composición del universo, el 21% por ciento del universo es la llamada "materia oscura", definida como una masa no visible que influye en las velocidades orbitales de las galaxias, tiene un papel fundamental en la formación de estructuras y en la composición de las galaxias, vamos por decirlo en el argot de la calle, esa misteriosa materia oscura ayuda a formar y ordenar el universo, y nadie sabe que es, ni como actúa... ¿curioso verdad amigos?


Y el 71% restante, si habéis oído bien, el 71% restante es la llamada "energía oscura", algo aun mas misterioso y enigmático que la "materia oscura".
La energía oscura es una forma de materia o energía, que esta presente en todo el espacio produciendo una presión que tiende a acelerar la expansión del universo, poco se sabe de esta energia oscura, solo que ocupa todo el espacio, y que al igual que la "materia oscura" juega un papel fundamental en la organización del universo.

Ya veis amigos, cuantos misterios, cuantas cosas que organizan el universo, como si de un enorme mecanismo maravilloso y preciso se tratase, organizando, expandiendo, creando galaxias, componiendo todo como piezas de un puzzle.

¿No pensáis que son demasiadas cosas precisas, como para pensar que todo lo que pasa es aleatorio y casual?. Y no se trata de adoctrinar ni de obligar a nadie a creer en nada, tu camino, nuestro camino como el de todos esta trazado y nuestra sabiduría y nuestro entendimiento, llegara a cada uno en su momento, pero como poco amigos hay que abrir la mente sin miedos cuando se contempla algo tan maravilloso, abrir el corazón al verdadero entendimiento, y no vanagloriarnos en nuestro egocentrismo, pensar que tenemos la explicación a todo, cuando no podemos explicar casi nada, y negar la creación, simplemente porque significaría, abrir la puerta a la verdad perpetua e imperecedera que reside en todos y cada uno de nosotros, que llama a la puerta de todos y que nos dice si, aquí estoy.
Amigos cuando se contempla un puzzle, al igual que con un reloj, hay que ser necio para no ver la mano del creador.



Y la prueba 3 amigos, es algo aun mas insondable, aun mas bonito, precioso, algo mas enigmático y tal vez la fuerza creadora del universo, la prueba 3 amigos, es el AMOR.
El amor que mueve el mundo, y que conforma el principio y el fin de todos y cada uno de los seres que han habitado, habitan y habitaran este planeta, el amor, esa fuerza que nos hace anteponer vicios, deseos y conveniencias por tal de que otra persona sea feliz, el AMOR que se refleja en el abrazo de una madre a su hijo, incluso en dar la vida por el, anteponiendo lo mas valioso que tiene el ser humano, el AMOR, que nos hace luchar contra la adversidad, nos hace derramar misteriosas gotas de agua llamadas lágrimas, el AMOR que se plasma en la mirada embelesada de un matrimonio de 85 años, que se miran con la misma luz que el primer día que se conocieron.



El AMOR de tantas y tantas personas que dan su vida hoy día por la gente de África, por la gente oprimida de pueblos dictatoriales, por la gente que da su vida por los leprosos, pobres, sin techo, drogodependientes, enfermos terminales, etc... etc... dejando de lado su vida, sus sueños, sus deseos materiales, dejando todo de lado para entregar su vida por completo para hacer un poco mas feliz y fácil la vida de aquellos que tanto sufren, el AMOR que se plasma en el arrepentimiento de las personas que cometen errores en su vida, que son conscientes de ello, y que salen de las garras del mal, para retomar el buen camino, ayudando en muchas ocasiones a que otras personas encuentren el suyo, el AMOR que demuestra la enorme lucha que existe desde el principio de los tiempos entre el bien y el mal, que lucha contra todos aquellos errados en su camino que se dedican a hacer daño al prójimo, por cada uno de esos, hay otros que siguen el camino correcto e intentan enmendar, corregir y paliar el mal que otros hacen día a día


El AMOR del que solo hace falta una gota para apagar un incendio provocado por el mal, el AMOR que convierte en abrazos los golpes, que transforma en risas los insultos, que cambia el corazón de la humanidad, y el AMOR amigos, de un padre que entrega a su hijo, para redimir al mundo, entregándolo por amor, queriéndonos tanto como un padre puede llegar a querer a su hijo, que le da la libertad de elegir, su camino y su vida, estando ahí siempre a su lado para cuando lo necesite y desee coger su mano y decirle, guiame padre.

El 14 de febrero de 1990, la sonda espacial Voyager 2 dejo neptuno y se dispuso a salir del sistema solar, giro para tomar la ultima foto de la tierra, y entonces pudimos ver la imagen mas lejana de nuestro planeta, tomada a 6.000 millones de kilometros, fue entonces cuando el gran científico Carl Sagan, escribió algo precioso, que llamo " ese pequeño punto azul pálido ", del que extraigo algunas partes que definen muy bien, un planeta, un hogar:





Mira ese punto. Eso es nuestro hogar. Eso es nuestra casa. Eso somos nosotros. En él se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.

Eso somos amigos, ese pequeño y maravilloso punto azul en medio de la inmensidad, somos el maravilloso truco de un mago, somos el maravilloso escenario donde tantas y tantas personas han decidido seguir un camino, donde tantos y tantos han luchado por sus sueños, donde tantos y tantos genios han plasmado sus obras aportándonos sabiduría y contemplación, donde tantos y tantos científicos también como el gran Albert Einstein abrió su mente a la ciencia y su corazón a Dios, aportándonos tantas cosas que nos han ayudado, y sabiendo que como el dijo: "cada vez que la ciencia abre una puerta, Dios se encuentra detrás de ella", donde tantos y tantos han caído presos de las garras del mal, pero donde tantos y tantos otros como la madre Teresa de Calcuta, Martin Luther King, Buda, Gandhi, la lider birmana Aung San Suu Kyi, y tantos y tantos miles y millones de personas a lo largo de la humanidad, han hablado de paz, de amor, de bondad, y han luchado por hacer de este mundo, de ese pequeño punto azul en el universo, un lugar mejor.

 
Este pequeño y maravilloso punto azul donde vivimos, donde las gotas de la sangre de Jesús fueron derramadas por nosotros, donde podemos observar a diario, la creación, el sol, la brisa, el suave olor a mar, los campos al amanecer, el rocío de la mañana, las gotas de lluvia acariciando tu rostro, donde podemos observar la inmensidad del mar, la magnificencia de las montañas, la belleza de un universo infinito plagado de estrellas, los ríos, los mares, los lagos, las llanuras de Irlanda, los bosques de Canadá, la belleza salvaje de Nueva Zelanda, los fuegos beduinos en la noche, el oleaje de Hawai, el místico y sobrio danzar de las tribus africanas, la enigmática mirada de las estatuas de la isla de pascua, las pirámides de egipto, el misterio maya, las ancestrales civilizaciones mesoamericanas, las estepas andinas, la belleza ancestral de Europa, la mirada de un niño.... y tantos y tantos detalles maravillosos de una creación sublime, que por muchos que unos nieguen, por muchos que unos cuantos obvien, y por muchos que unos cuantos se empeñen en no admitir, es el lugar donde habitamos LOS HIJOS DE DIOS.